LOS CIERVOS NAVARROS, UN TESORO DE LOS BOSQUES DEL PIRINEO

LA LLEGADA DEL OTOÑO TRAE CONSIGO EL ESPECTÁCULO ACÚSTICO DE LA BERREA

Historia de su recolonización.

Tras haberse extinguido hacía ya bastantes años, en los años 50 del siglo pasado se reintrodujo el ciervo (Cervus Elaphus Ibericus) en Navarra, para lo que se eligieron dos zonas muy favorables para ello, como es el macizo de Quinto Real y el monte La Cuestión en el corazón de la Selva de Irati, así como en Lanz y el Señorío de Bertiz donde no prosperaron por el furtivismo, correspondiendo su gestión a cargo del ahora extinto ICONA.

 

 

El éxito de la misma radicó en una reintroducción en un hábitat excepcional para su desarrollo, un excelente conocimiento técnico de la especie, y una caza selectiva muy estricta que tuvo como resultado la obtención a los pocos años de los mejores trofeos del estado español, batiéndose incluso el record nacional de la especie a cargo de un conocido cazador navarro.

Una vez que la Comunidad Foral de Navarra asumió las competencias autonómicas en materia de caza, y el ICONA dejó de ejercer sus competencias, en vez de haber continuado con la línea seguida hasta entonces que tan buenos resultados se habían obtenido, erróneamente se optó por la prohibición de su caza, por lo que la población de ciervos, ausente de gestión y manejo, aumentó notablemente, en perjuicio de la calidad de sus ejemplares, a la vez que comenzaron a aparecer los primeros daños a cultivos y plantaciones forestales por lo que de golpe hubo que aumentar las capturas. Por ejemplo, en la zona de Irati se tuvieron que autorizar de forma precipitada la caza de 300 ejemplares en 3 años.

En la actualidad, debido a la limitación de su caza en sus núcleos centrales, ha dado lugar a otra gran expansión de la especie, la cual está presente por el occidente desde el Macizo de Quinto Real hacia Iragi, Egozkue, Ultzama, Barasurua, hasta la Autovía de Leitzaran, así como el Valle de Baztán, y por el oriente han colonizado los valles de Erro, Arce, Aezkoa, Salazar y Roncal. Por el sur hasta las cercanías de Pamplona y Valle de Egües, habiendo otra población en los Urraules. Este año, dada su expansión, se está volviendo a abrir la mano con el fin de mantener sus poblaciones en un número correcto.

 

 

¿Qué es la berrea?

Cuando acaba el verano y comienza el otoño tiene lugar la berrea, un fascinante sonido que envuelve nuestros bosques. Ocurre cuando los ciervos entran en celo. Es un espectáculo sonoro en el cual durante unos días los machos atronan los bosques con sus bramidos como reclamo sexual para conquistar a las hembras, dominar su territorio y disuadir a sus competidores para que no se acerquen a sus hembras, garantizando el futuro de la especie. Los territorios preferidos son aquellos en los que las hembras deban beber o alimentarse. Eso sí, el que quiera escucharlo debe de tener unas pautas básicas de comportamiento y respeto para no molestarles en esta época tan delicada del año. Lo mejor es escucharlos desde el coche en los aparcamientos de las carreteras o pistas permitidas.

¿Cuándo ocurre?

Suele durar unos 15 días. Si bien en el sur de España suele tener lugar a principios del mes de septiembre, en la cornisa cantábrica y en el norte de Navarra suele comenzar hacia el 21 de septiembre acabando hacia el 3 o 5 de octubre. En Irati suele durar algun día más.

La importancia de la climatología

¿Cuál es la mejor hora para vivir este espectáculo? Lo ideal para escucharlo es el atardecer, desde que el sol empieza a esconderse hasta dos horas después o el amanecer y sus dos horas previas.

Hacer unos años se les podía oír berrear durante más horas, pero cada vez es más frecuente que en el momento que clarea el día se callen, y solo cuando anochece bramen mucho más, lo que dificulta su caza.

Cuando entra un temporal o hay demasiado viento dejen de berrear. Sin embargo, cuando despeja y sobre todo cuando les cae algo de lluvia suave parece que les energiza y vuelven con el concierto de sonidos, saliendo a los helechales o pastizales de estas zonas. No obstante, los machos más adultos y más experimentados, y por lo tanto los dotados de mejores trofeos tienden a quedarse berreando en el interior de las espesuras, saliendo a los rasos únicamente de noche cerrada. Cuestión de conocimiento y supervivencia.

 

 

Regulación de su caza a rececho en la berrea y en batidas.

En los cotos donde hay poblaciones suficientes, a través de conteos nocturnos con focos se cuentan cuantos ejemplares hay que cada coto, calculándose los que se pueden cazar, tanto de machos de trofeo, selectivos, hembras adultas y crías, ya que se trata de una especie que cuando crece demasiado por su listeza son difíciles de eliminar, y como los corzos se autorizan a través de precintos. Se trata de mantener sus poblaciones en unos números correctos para que no hagan daños en los cultivos y los accidentes de tráfico.

La caza de ejemplares machos a rececho en la berrea de se autoriza todos los días, del 12 de septiembre al 3 de octubre, de 2021 de acuerdo a lo establecido en el correspondiente Plan de Ordenación Cinegética. Para su realización, el cazador o el guarda del acotado deberán avisar con 24 horas de antelación al Guarderío y debe de ir acompañado de un guarda particular, A entender de ADECANA el hecho que además haya que contratar un guarda particular es algo a todas luces abusivo y antisocial, ya que detrae a los cazadores locales que puedan acceder a este tipo de permisos al tener que abonar su salario durante la jornada de caza. Debería ser como con los corzos que solo hace falta avisar al guarderío de la zona y se controla perfectamente.

Se autoriza la caza en batida y montería, con los cupos determinados en el POC desde el 12 de octubre de 2021 hasta el 27 de febrero de 2022, los jueves, sábados, domingos y festivos de carácter nacional, foral o local.