LA CAZA: UNA ACTIVIDAD ESENCIAL Y NECESARIA

Necesidad de control de las poblaciones de fauna cinegética

Miguel Iñigo Noain

Debida a esta pandemia, provocada por el virus COVID 19, estamos viviendo, a nivel mundial, una dramática situación sanitaria, con muy graves consecuencias económicas y sociales, sin que esté clara la evolución que va a tener en los próximos meses. Debemos ser extremadamente prudentes en nuestros comportamientos personales, familiares y sociales, cumpliendo estrictamente todas las normas que se van promulgando para controlar y superar esta grave situación y anteponiendo, siempre, la salud y el bien general a nuestras propias conveniencias.

Pero esto no debe impedirnos hacer unas breves consideraciones sobre la importancia de la caza y su situación ante esta pandemia.

 

 

Actualmente, la caza cumple una función esencial y necesaria para el control de las poblaciones de fauna silvestre cinegética, es el método más natural, eficaz y económico para conseguirlo. A pesar de que actualmente es cuestionada por algunas personas, la predación es el sistema de control que utiliza la naturaleza, todas las especies, animales o vegetales, viven unas a costa de otras. En algunas ocasiones se ha planteado que este control se lleve a cabo por personal profesional o semi profesional. Esto lo consideramos un gran error, pues aparte de las grandes responsabilidades profesionales que actualmente tienen estas personas, nadie conoce mejor su territorio, ni será tan eficaz y seguro como los cazadores que habitualmente cazan en él.

Si en esta situación de alarma sanitaria no se pudiera cazar, sin este control, las poblaciones de conejos, jabalíes, corzos, ciervos y otras especies cinegéticas crecerían de forma exponencial y desordenada provocando graves daños en la agricultura y transmitiendo enfermedades infecciosas al ganado, de producción y doméstico (Tuberculosis bovina, Peste Porcina Africana, etc.), algunas de estas enfermedades son zoonosis que pueden transmitirse al ser humano. Esta situación daría lugar a graves perjuicios económicos para unos sectores tan importantes como son la agricultura y la ganadería e incluso riesgos sanitarios para la población humana al invadir, la fauna cinegética, espacios urbanos.

Otras consecuencias, también muy graves, serían el aumento de accidentes de tráfico por atropello de fauna salvaje y el gran quebranto económico que sufrirían los Ayuntamientos y otros sectores de la economía debido a las pérdidas de ingresos provenientes de la caza.

La caza es una actividad muy segura, que se practica en la naturaleza y que generalmente se realiza de forma individual y aislada, evitando las aglomeraciones. Cuando se practica la caza colectiva, las distancias entre cazadores pueden variar entre 50 y más de 150 metros. Los pocos momentos en los cuales pueden darse reuniones de cazadores, situación que se produce en las batidas, monterías, palomeras y ojeos, son fácilmente evitables mediante unas sencillas normas de obligatorio cumplimiento. No acudir a cazar si se tienen síntomas de una posible infección o se está confinado, redactar todos los días la relación de participantes con sus números de teléfono, el uso de vehículos debe ser, preferentemente, individual, los almuerzos y comidas deben evitarse de forma absoluta (cada cazador debe llevar su propia comida y bebida) y los sorteos debe hacerlos el jefe de la cuadrilla y comunicar el puesto asignado, por radio o teléfono, a todos los cazadores participantes. Por supuesto, será obligatorio cumplir todas las normas individuales de seguridad y prevención. (mascarillas, gel hidroalcohólico, guantes, etc.), mantener en todo momento las distancias de seguridad y el control de aforo máximo en las reuniones y en los locales, vigentes en el momento de celebrarse la cacería.

Por todo lo anteriormente expuesto, ante las normas actualmente vigentes y las que pudiesen dictarse en el futuro para controlar esta pandemia, ADECANA, juntamente con otras organizaciones, de cazadores, como son UNAC (Unión Nacional de Asociaciones de Caza) y el Foro Nacional de la Caza, nos hemos dirigido a los diferentes Gobiernos, Administraciones y Departamentos, reconociéndoles los difíciles momentos de gran responsabilidad que están viviendo, para solicitarles que se declare, de forma urgente, a la caza como una ACTIVIDAD ESENCIAL y se adopten, ahora y en el futuro, todas las medidas y normas necesarias que nos permitan poder continuar con la actividad de gestión y control de las poblaciones, mediante la caza, de la fauna cinegética.

Para poder cazar, serviría como justificante, tanto en los desplazamientos como en la práctica cinegética, estar en posesión de la LICENCIA DE CAZA de la Comunidad Autónoma y la tarjeta anual del coto correspondiente.